Qué curioso
Es curioso, muy curioso. Es curioso verte caminar a
mi lado, desviando tu mirada en dirección opuesta cómo si no conocieras a este
que te observa. Es curioso cómo sigues tu camino sin tan siquiera manifestar
conocimiento de mi presencia, como ignoras mi existencia como si fuese una roca
más en tu camino, un peatón más en tu calle, una nube más en el cielo.
Es curioso cómo pasamos de ser todo a ser nada; cómo
el deseo se convirtió en silencio y mi nombre desapareció de tus labios;
aquéllos que tan ansiosamente se unían a los míos en el furor de la noche, bajo
la atenta mirada de Dios, bajo el cobijo de nuestro cuerpo.
Es curioso cómo los gemidos se convirtieron en
simples saludos. Cómo el silencio es señal de aquella indiferencia tan diferente
de lo que alguna vez fue. Tal vez fue un sueño y solo yo recuerdo tus manos
sujetando mi espalda, tu cuello en mis labios, y mi lengua, juguetona, divirtiéndose
con tus poros. Tal vez nunca sucedió, tal vez sí. Quien nos viese hoy pensaría
que somos dos desconocidos, tan fríos como dos témpanos de hielo, sin reconocer
que fuimos un mar en nuestra alcoba, produciendo con tus caderas las olas que
nos liberaban de la monotonía.
Todo fue casual, sí; pero lo casual no quita la
pasión. Esa desmedida pasión que nos arrancó suspiros y horas de sueño. Esa
pasión que nos llevó a dormir plácidamente unidos bajo un mismo techo,
entrelazados con nuestro cuerpo. Aún recuerdo la suavidad de tu piel, el arco
en tu espalda, el calor de tus piernas, la comodidad al acostarme sobre tus
senos. Recuerdo haberte besado desde tu sien hasta tu talón, bajando por tu
espalda y subiendo por tu entrepierna. Te recuerdo sobre mí, con los ojos
cerrados y tus manos en mi pecho, moviéndonos en un solo ritmo, como si estuviéramos
conectados por algo más que nuestros cuerpos.
Yo estuve dentro de ti, y sé que no lo has olvidado.
Pero es curioso, muy curioso. Curioso pensar que
tanta euforia pueda desvanecerse con el soplar del tiempo. Como las horas
tienen el poder de desaparecer un grito acalorado, un gemido de deseo; pasando
de obsesos a desconocidos. No sé cuántos amaneceres han pasado desde la última
vez que aspire tu aroma, pero dudo que
hayan sido suficientes. ¿O lo fueron? Si tuviera el descaro de sujetar tu mano al verte pasar, aferrarte a
mí y besarte frente a la atenta mirada de tus vecinos, ¿qué ocurriría? ¿Regresaríamos
en el tiempo? ¿Renegarías de mí? Tal vez deba arriesgarme.
Casual, tal vez; vacío, jamás.
Qué curioso
Me ha encantado tu texto, hasta el punto que me lo he releído de verdad, precioso.
ResponderBorrarNos leemos :)
Gracias por leerlo, que bueno que te haya gustado :3 Saludos!
BorrarMuy bonito John, desde luego que si, sigue así, es un placer leerte ^^
ResponderBorrarUn abrazo!
Gracias por pasarte, amigo n.n
BorrarLamentablemente la vida es así de "curiosa", dejando un fila larga de conocidos desconocidos... Me encantó la forma en la que lo describiste con esas metáforas tan hermosas.
ResponderBorrarSeh, lo curioso de ver como el tiempo puede cambiarlo todo. Gracias por leerlo :3
BorrarMuy pero muy bueno. Fue un placer leer esto, y creo que es la primera vez que lo digo.
ResponderBorrarUn beso :)
Y espero que no sea la ultima xD Un saludo :3
BorrarQue curioso que logres encontrat las palabras para redactar un texto jocoso x3 sin que se llegue a lo bulgar. Me encanto!
ResponderBorrarJajajajaja se puede ser erotico sin caer en lo grosero :3 Gracias por leer. Saludos
BorrarExcelente texto :D
ResponderBorrarMe gusta mucho escribes, ya quisiera yo hacer este tipo de arte u.u
Intentalo, practicalo y al final te sale xD
BorrarGracias, un saludo :3