8 abr 2016

Que curioso

Qué curioso


Es curioso, muy curioso. Es curioso verte caminar a mi lado, desviando tu mirada en dirección opuesta cómo si no conocieras a este que te observa. Es curioso cómo sigues tu camino sin tan siquiera manifestar conocimiento de mi presencia, como ignoras mi existencia como si fuese una roca más en tu camino, un peatón más en tu calle, una nube más en el cielo.
Es curioso cómo pasamos de ser todo a ser nada; cómo el deseo se convirtió en silencio y mi nombre desapareció de tus labios; aquéllos que tan ansiosamente se unían a los míos en el furor de la noche, bajo la atenta mirada de Dios, bajo el cobijo de nuestro cuerpo.
Es curioso cómo los gemidos se convirtieron en simples saludos. Cómo el silencio es señal de aquella indiferencia tan diferente de lo que alguna vez fue. Tal vez fue un sueño y solo yo recuerdo tus manos sujetando mi espalda, tu cuello en mis labios, y mi lengua, juguetona, divirtiéndose con tus poros. Tal vez nunca sucedió, tal vez sí. Quien nos viese hoy pensaría que somos dos desconocidos, tan fríos como dos témpanos de hielo, sin reconocer que fuimos un mar en nuestra alcoba, produciendo con tus caderas las olas que nos liberaban de la monotonía.
Todo fue casual, sí; pero lo casual no quita la pasión. Esa desmedida pasión que nos arrancó suspiros y horas de sueño. Esa pasión que nos llevó a dormir plácidamente unidos bajo un mismo techo, entrelazados con nuestro cuerpo. Aún recuerdo la suavidad de tu piel, el arco en tu espalda, el calor de tus piernas, la comodidad al acostarme sobre tus senos. Recuerdo haberte besado desde tu sien hasta tu talón, bajando por tu espalda y subiendo por tu entrepierna. Te recuerdo sobre mí, con los ojos cerrados y tus manos en mi pecho, moviéndonos en un solo ritmo, como si estuviéramos conectados por algo más que nuestros cuerpos.
Yo estuve dentro de ti, y sé que no lo has olvidado.
Pero es curioso, muy curioso. Curioso pensar que tanta euforia pueda desvanecerse con el soplar del tiempo. Como las horas tienen el poder de desaparecer un grito acalorado, un gemido de deseo; pasando de obsesos a desconocidos. No sé cuántos amaneceres han pasado desde la última vez que aspire tu  aroma, pero dudo que hayan sido suficientes. ¿O lo fueron? Si tuviera el descaro de  sujetar tu mano al verte pasar, aferrarte a mí y besarte frente a la atenta mirada de tus vecinos, ¿qué ocurriría? ¿Regresaríamos en el tiempo? ¿Renegarías de mí? Tal vez deba arriesgarme.
Casual, tal vez; vacío, jamás.

Qué curioso

12 comentarios:

  1. Me ha encantado tu texto, hasta el punto que me lo he releído de verdad, precioso.
    Nos leemos :)

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias por leerlo, que bueno que te haya gustado :3 Saludos!

      Borrar
  2. Muy bonito John, desde luego que si, sigue así, es un placer leerte ^^

    Un abrazo!

    ResponderBorrar
  3. Lamentablemente la vida es así de "curiosa", dejando un fila larga de conocidos desconocidos... Me encantó la forma en la que lo describiste con esas metáforas tan hermosas.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Seh, lo curioso de ver como el tiempo puede cambiarlo todo. Gracias por leerlo :3

      Borrar
  4. Muy pero muy bueno. Fue un placer leer esto, y creo que es la primera vez que lo digo.
    Un beso :)

    ResponderBorrar
  5. Que curioso que logres encontrat las palabras para redactar un texto jocoso x3 sin que se llegue a lo bulgar. Me encanto!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jajajajaja se puede ser erotico sin caer en lo grosero :3 Gracias por leer. Saludos

      Borrar
  6. Excelente texto :D
    Me gusta mucho escribes, ya quisiera yo hacer este tipo de arte u.u

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Intentalo, practicalo y al final te sale xD

      Gracias, un saludo :3

      Borrar